La mejora de la Pandemia Covid-19 ha traído, entre otras cosas, la vuelta de algunos eventos deportivos que estaban limitados o directamente prohibidos. El tipo de evento quizá más habitual, y de mayor participación, son las carreras populares. Y un ejemplo de la vuelta de estos eventos la tuvimos el 23 de mayo de 2021 en Zarza de Granadilla, Cáceres, en el Cross del Lince.
La prueba, organizada por el Ayuntamiento de la localidad y por Pulsaciones. Net, fue un ejemplo organizativo de una carrera popular en tiempos de “pandemia tardía” Una distancia apropiada, un recorrido interesante pero accesible y en un contexto rural, pero con servicios de todo tipo. La prueba, que tenía un máximo de 150 participantes, estuvo según la información facilita por los organizadores muy próxima a completar inscripciones, a pesar de que sufrió una movilización de su fecha, debido a que el municipio de Zarza de Granadilla estuvo confinado durante varias semanas en la fecha inicial de la prueba (inicios de mayo). Como participante avezado y asistente al evento, se puede destacar el evento los siguientes aspectos positivos:
- Montaje muy cuidado de la zona de salida y llegada, incluida zona de entrega de premios.
- Protocolo COVID cumplido durante todo el desarrollo del evento, con gel, medición de temperatura y uso de mascarilla incluido. Asimismo, existían marcas en el suelo para la separación de los corredores en la llegada, y el personal técnico del evento instaba en todo momento a los participantes y al público a que respetasen el protocolo.
- Correcto marcaje del circuito, incluyendo el número del kilómetro y marcando con balizas y cinta los puntos complicados. Asimismo, había personal voluntario en todos los puntos problemáticos del circuito, así como varios ciclistas que supervisaban el recorrido en todo momento. Perderse era muy difícil.
- Entrega de premios con un protocolo trabajado y vistoso.
- Desde el punto de vista del corredor/consumidor, bolsa del corredor muy completa.
- Información apropiada al corredor a través de web y redes sociales, e incluso a través del e-mail del participante. Las clasificaciones y fotos estaban disponibles poco después de la finalización de la carrera.
- Los servicios médicos y de ambulancia estaban claramente visibles y disponibles para el participante.
Si bien los aspectos positivos fueron muchos, siempre hay que incidir en reflexionar sobre algunos aspectos para la mejora del impacto positivo de un evento deportivo, y la minimización de sus impactos negativos:
- Desde el punto de vista del impacto económico, los 6 euros que costaba la inscripción se convierten en irrisorios (entendido como demasiado barato) sólo con todo lo que se ofrece al participante entre avituallamientos y bolsa del corredor. Camiseta y mochila/bolsa, cerveza artesana, bocadillo de jamón serrano y queso, barrita, dos botellas de agua, y, además de todo eso, dos avituallamientos en carrera y uno postmeta con plátanos, frutos secos y gominolas. Y todo eso sólo en bolsa del corredor.
La visión del autor de esta pequeña reseña es que hay que ofrecer menos productos al participante en la bolsa del corredor, por una doble perspectiva:
- En primer lugar, para valorar el evento y su complejidad organizativa, y que no busque una recuperación de su cuota de inscripción en bienes y comida. El personal que trabaja en el evento y el montaje, el marcaje, los jueces, los servicios médicos, los seguros… todo eso debe ser valorado por el/la participante
- En segundo lugar, para potenciar que el corredor/a consuma en el pueblo, tanto bebida como comida. En este caso la situación de la zona de salida y meta en Zarza de Granadilla era inmejorable, con varios bares/restaurantes con terraza en la misma plaza. La buena situación y el buen clima igualmente animaron a que un número considerable de personas consumiera en los bares, pero la gran oferta de la bolsa del corredor quitaba el hambre y minimizaba la cantidad de consumo.
- El hecho de pagar la cuota de inscripción en efectivo en la zona de meta supone que el compromiso por parte del corredor sea menor, pudiendo faltar el día de la prueba y no optimizándose todo el trabajo realizado por los organizadores, ya que sólo finalizaron la prueba 77 personas y la comenzaron sólo algunas más, por lo que muchas personas decidieron finalmente no acudir a la prueba el día del evento. El hecho de realizar pago previo supone un compromiso mayor por parte del participante para acudir a la carrera, y además facilita el seguimiento de este dinero por parte de la Hacienda Pública.
- Generación muy grande de residuos, impuesto en gran parte por el protocolo covid, sobre todo en plásticos de un solo uso, aunque también es cierto que detalles como que la bolsa del corredor fuese de papel son reseñables.
Queda de manifiesto que ya es posible realizar carreras con aforo controlado, en un entorno seguro y vistosas y adecuadamente organizadas. En los próximos meses, cuando el foco pueda dejar de estar en la limitación de participación, en la distancia social y en los elementos protectores de la pandemia, deberemos como organizadores volver a poner el foco en la maximización del impacto económico y social y la disminución de residuos, dentro de un enfoque más verde y buscando la minimización de la huella de carbono en el evento, intentando a la par que el impacto económico y social sea el mayor posible.
Fdo. Javier Agorreta Lumbreras (Socio Agedex)